Las cicatrices que pican
con punzadas que vienen de la memoria
algunas tardes
son veredas que conducen a la negrura
hay témpanos de hielo
debajo del colchón
de las estrellas
y las ramas de cada árbol
son despedidas eternas
me duele vivir en esta postal
sin sentir la mirada de los ángeles
que me besan y se van
buses por la carretera de mi memoria
que se alejan
como las aves
que le temen
al susurro
de un rifle
ojalá pudiera esconderme de mí mismo
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