Llueve en medio del oceano
la línea que separa las aguas
se ha difuminado en gris
y los parpadeos del cielo
me marean
las cruces del invierno
son amuletos de mala suerte
y ver al ángel de mi muerte
sonriendo en el puerto
mientras sus palabras amargas
me escupe con llanto
me produce un dolor infinito
somos sombras mojadas
no otra cosa
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