No quiero
escuchar estas sirenas de ambulancia
a medianoche
tratando de hallar consuelo
en el silencio callejero
no quiero salir
de esta armadura
de palabras encasquilladas
no quiero pelearme
con las palabras
que rebotan
en cada sueño
ni despedirme de las noches
sin llevarme al menos
una copa amarga
para almacenar
junto a las risas de los recuerdos
me despierto
como buscando alegrías
en los tejados
y sigo mi marcha
por entre la obscuridad
duele el camino
duelen las sombras
mientras sus ojos que callan
me tocan la espalda
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